Capítulo VI: Ch-ch-ch-ch-changes

Pues mi vaticinio-deseo para el 2013 no sé si se cumplirá, pero desde luego que para que las cosas mejoren hay que hacer cambios y en ello estoy. No tienen por qué ser radicales, pero las pequeñas cosas nos hacen ser quienes somos y hay pasos pequeñitos para mi 42 de pie (yo a lo grande en todo, está claro) que son de gigante para el espíritu.


Desde luego el cambio de actitud ante la vida es el principio de todo.

Me comprometí con mi prima Sonia a comenzar la dieta y apoyarnos. Mi comienzo era el lunes. Y ya que estaba, opté también por reducir el consumo de tabaco y a dar un paso adelante en cuanto a mi timidez extrema.

Con el subidón de motivación, también me puse fecha a principios de semana a volver a darle vida a este diario pero sin saber si de verdad lo conseguiría.

Es domingo por la noche y aquí estoy, con la dieta a tope, fumando algo menos pero aún bastante (aunque querer dejarlo de golpe justo cuando empiezo la dieta sería lo ideal... creo que mis nervios no lo aguantarían).

Lo de la timidez muchísimo mejor. Para una vez que me tiro a la piscina me he estrellado (Pura esencia Bridget) pero reto superado y muy contenta por haber sido valiente y sólo haber obtenido cosas positivas a cambio de un lapso de vergüenza total. Creo que no es un precio en absoluto elevado. Estoy madurando y todo ¡¡¡quién me ha visto y quién me ve!!!

Además la vida en casa va a cambiar porque voy a tener un nuevo compañero de piso y creo que me va a dar mucha más vidilla y energía. Good vibes.

Y todo esto no es porque estemos en una época de cambios a nivel energético, de calendario, de reinicio. No es sólo eso, sino que con el año llegó mi cumpleaños (¡29, señor@s, 29 ya!) y me dí cuenta de que la gente más importante para mí (familia, amigos y compañeros) se lo han currado mucho a todos los niveles para verme feliz. Y como eso no hay nada.


Me cuesta tanto hablar de lo que siento que generalmente no soy nada cariñosa o simplemente no tengo palabras amables con los que me importan. Eso también lo estoy intentando pulir (para decir cosas buenas y no tan buenas, claro).

¿Pues qué mejor manera de agradecer el subidón espiritual que compartiendo este tipo de cosas en el Diario, tan presente en mi cabeza siempre?

A principios de año hice una lista de peticiones y actualizar este diario era primordial por lo que ello conlleva y sé que muchos esperábais meter vuestras narices en mis asuntos con este estilo ñoñer-macarra-festivo que llevo en vena. Aquí me tenéis, pecadores de la pradera.

Pues eso, estoy en época de reinvención, descubrimiento y crecimiento. Eso no se puede decir siempre... o bueno, sí, pero la cuestión es ser capaz de verlo día a día.

¡Ch-ch-ch-ch-changes!

Y, por supuesto, queridos fieles al Diario, también tenéis parte de culpa de que esto suceda. Al César lo que es del César.

¡Buenas noches!

2 comentarios:

  1. Los cambios, pequeña Padawan, no son nunca malos, producen una poca de inseguridad cuando te los propones, pero una vez superados, reconfortan tanto, que solo quieres seguir cambiando, así que dale duro!!!!!!!
    ¡Quédate con lo bueno, que lo tienes y mucho!

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  2. Ole ole ole qué más puedo decir!!! animo pequeña tú puedes con esto y másssssssssssssssssssssssss
    tu amiga Carmen.

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