Capítulo V: 2013, here we go!

Queridos lectores del Diario:

Echando la vista atrás, me doy cuenta de lo inconsistente que he sido con la periodicidad de este diario. La verdad es que no he tenido inspiración ninguna para mofarme de mi patetismo sin caer en comentarios rancios y llenos de sentimientos negativos. No es que haya sido para mí un gran año este 2012, pero hay que agarrarse a un clavo ardiendo si hace falta y confío plenamente en que el 2013 hará que estas páginas vuelvan a llenarse de sonrisas, carcajadas, vergüenza ajena y todas esas cosas que me encantan (¿y a quién no?).

Por eso, mi recibimiento al 2013 quiero que sea tierno y cálido como el osito de mimosín y, para ello, quiero que las siguientes líneas lleven banda sonora acorde:


Quiero que este nuevo año que estamos a puntito de estrenar venga lleno de cosas positivas, porque si algo merece la buena gente que me rodea es alegrías. 

Espero que no tengáis que sufrir pérdidas importantes ni decir adiós con el corazón compungido a nadie. 

Que encontréis un trabajo que os llene o que, como poco, deje atrás todo tipo de angustia. 

Que la salud os permita disfrutar cada día con las energías de 10 niños. 

Que el amor os acompañe al ritmo de vuestra melodía o que venga a visitaros y quedarse para siempre. 

Que la amistad perdure y que llenemos aún más nuestro mundo de gente maravillosa como vosotros. 

Que las lágrimas que surquen vuestras mejillas sean de alegría y emoción. Que no os falte un abrazo, un beso, una caricia o una mirada cómplice cuando los necesitéis. 

Que los problemas se solucionen y se los lleve el viento lejos, muy lejos. 

Que la sonrisa no abandone vuestros labios y, por supuesto, que todos vuestros deseos se hagan realidad. 

Deseo con todas mis fuerzas que este 2013 vivamos momentos llenos de felicidad, que los compartamos juntos y que, por supuesto, brindemos juntos por cada buena noticia.

Espero volver a escribir muy prontito. Hasta entonces... ¡Feliz Año Nuevo!